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La insolencia de la inmediatez

*Manuel de Jesús Beltrán  

Columnista  


Como si fuese poco traumático superar una pandemia, los amigos de la inmediatez nos llevan a pensar que tenemos que producir, y enarbolan la exigencia de los sectores económicos, como si sobrevivir en nuestros hogares no fuese el fin en estos tiempos.  

La exigencia que hacen los principales dueños de la industria en Colombia, aunados a la presión del sector bancario están poniendo a pensar a la ciudadanía en reactivar la economía, y quizás sea cierto si el valor del dinero supera la vida misma de un ser humano.  

Es fácil exigir desde la tranquilidad de un empresario, que tiene garantizadas las necesidades, a sus empleados y ciudadanos vayan a trabajar, que expongan la salud para que siga fluctuando el dinero y el principal activo de los bancos; sin embargo, no es sólo la exposición del trabajador, pues él ha de regresar a casa y los patrones de seguridad de nuestros hogares no están diseñados para los niveles de asepsia necesarios que garanticen la salud y hace muy probable la infección a todos.  

Durante décadas la ciudadanía ha dado la mano al sector productivo y bancario, utilizando recursos del erario para garantizar su capacidad, se hacen condonaciones en impuestos, se han inyectado y a través de ellos se hacen pagos desde los diferentes programas sociales, aunque suene un simple proceso de tramite, al sumar la cantidad asignada a millares sino millones de familias a través de sus plataformas son un altísimo ingreso, sin olvidar el 4 x mil que nació como apoyo a la banca por la crisis financiera de aquel entonces, y sigue vivo durante décadas.  

Se calcula que el 10% de la población ha de ser victima de este mortal virus, la pregunta que hemos omitido es ¿quienes serán el 10%?, parece que nuestros gobernantes están apuntando que lo asuman los trabajadores y sus familias, pues requieren la activación de la economía en la inmediatez; lo verdaderamente inmediato por activar es la Ética. Hoy como en otros tiempos de pandemias que ha vivido la humanidad emergen como el Ave Fénix los imperativos éticos y los valores humanos, la innegable prioridad del cuidado y la conservación de la especie.  

Dejar de saturarnos con consejos “productivos” para la cuarentena: lecturas y escritos que enarbolen la capacidad de “resiliencia”, lo verdaderamente urgente es pensar para transformar; pensar en los valores humanos, recuperar la contemplación y la introspección de quienes somos, del significado de nuestras familias y lo inefable del vinculo humano.  

Al final la trasformación se expresa en construir nuevos valores que identifiquen al hombre y no la efímera producción del mismo. Llegó el momento de detener el frenesí de la inmediatez y construir consensuadamente un hombre íntegro sin artículos ostentosos.  

* Vicerrector de la Fundación Universitaria Claretiana, Uniclaretiana  


Fecha: 07 de Mayo de 2020
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