Pensando en el bienestar y la salud mental de ustedes, me tomé el atrevimiento de elaborar (con mucho cariño) este listado (el cual estratégicamente redacté en primera persona) con algunas recomendaciones básicas que tal vez pueden ser de ayuda por estos días.  

    Cuidar la higiene del sueño: levántese antes de las 9:00 am, no duerma en la tarde, acuéstese a dormir a una misma hora. De esta forma se conservará el patrón del sueño (ritmo circadiano), que es absolutamente necesario para regular la química del cerebro (neurotransmisores) y garantizar bienestar al siguiente día.  

Regular la conducta alimentaria: desayune, almuerza y coma; entre cada una coma algo ligero (fruta, jugo, yoghurt, cereal); contrario a lo que se cree, no se debe comer por placer o para saciar la ansiedad; haga conciencia de que el alimento cumple en el cuerpo la misma función que la gasolina para el carro (ambos son combustible) y debe ser proporcional al uso; en cuanto a la cantidad sólo la que su cuerpo necesita, si está muy delicioso NO es sinónimo de que debe repetir; que la comodidad de estar en la casa no le haga abrir la nevera con frecuencia o estar buscando qué comer.  Manténgase hidratado.  

Defina a qué se van a dedicar estos días, haga un listado de actividades (laborales, académicas, organización, aseo, cursos, etc) o de pendientes por hacer (se valen series, libros, tutoriales) y rográmelas con horarios definidos en un cronograma o en formato lista de chequeo; esto permite verse y sentirse productivo, además evita la preocupación y la anticipación que son la principal fuente para la ansiedad.  

Evite procrastinar o postergar esas actividades, porque también generan ansiedad.   

Programe también los horarios para descansar, ver TV, dormir, pero sobretodo programe el tiempo que va a pasar en el celular y evítese dolores de cabeza, cuello, espalda y brazos por el uso prolongada. Pero lo más importante es desconectarse media hora antes de ir a dormir, para que pueda conciliar el sueño con facilidad.   

Ponga una alarma que suene cada 2 horas que le recuerde que debe lavarse los brazos, las manos, la cara, la carcasa del celular y las gafas; y limpiar con desinfectante el control remoto y el teclado del computador si lo está usando .  

El celular es una herramienta que le permite acercarse a los seres que están lejos, pero si ésta se usa de manera inadecuada se corre el riesgo de alejar a los que tiene cerca.  Dele prioridad a las personas con las que comparte el mismo espacio.  

Respecto al contacto virtual, al parecer es la única alternativa que tendrá por estos días; aproveche las videollamadas para verse con los demás familiares y amigos; sin embargo no abuse.  

Preocupare por el futuro no es una buena alternativa en este momento, domine sus pensamientos y en su lugar preocúpese por el presente, por ser responsable y seguir al pie de la letras las recomendaciones que han dado el gobierno y profesionales de la salud en cuanto a incrementar la higiene, limitar el contacto físico y quedarse en casa; no hay más por hacer, pero tampoco es necesario hacer más; desde un punto de vista muy práctico es bastante sencillo.  

En cuanto a la convivencia evite cualquier tipo de discusión, diferencia, crítica; comuníquese de manera positiva (no es lo que no ha hecho, es lo que falta por hacer); tenga conciencia de sus actos para que pueda evitar cualquier tipo de incomodidad con el otro; antes de hablar piense si sus palabras son propositivas, constructivas o cumplen un objetivo alcanzable.  Paciencia y tolerancia.  

Manténgase informado, pero no exagere con la información que lee y como un acto responsable compruebe la veracidad de la que envía.  

Ante situaciones como estas, “coopere con lo inevitable”…  

Todos vamos a estar bien por la sencilla razón de que vamos a estar en nuestras casas,  con nuestros objetos personales, durmiendo en nuestras camas,; cuántas veces hemos dicho: uffff que día tan largo, que rico llegar a la casa, es el lugar perfecto para descansar, reflexionar, es el lugar donde nos encontramos con nosotros mismos. Ánimo, que tenemos la fortuna de decir: aquí no ha pasado nada, porque esa es la verdad, no ha pasado nada.   

Katherine Montañez