Para nadie es un secreto que la pandemia generada por la COVID-19 nos ha sugerido un cambio de comportamiento en muchos aspectos y en algunos casos, los resultados no han sido los mejores, pues a raíz de las nuevas rutinas, todos hemos sido expuestos con mayor intensidad a los equipos electrónicos, los cuales afectan gradualmente nuestra visión y en especial, la de los niños.
Los ojos son órganos del cuerpo humano que continúan su desarrollo aún después del nacimiento, pasan de una visión en colores grises, con una percepción basta de movimiento de los objetos, a un nivel de detalle que permite percibir diferentes colores, texturas, profundidad o distancia de los objetos y distinguir detalles de una imagen o figura.
Para Carol Violet Pinzón Mora, directora del programa de Optometría de Areandina sede Pereira, “la madurez visual se logra aproximadamente a los 8 años, proceso que actualmente se ve amenazado por los cambios en el comportamiento de los niños, en especial los menores de 5 años quienes están más sobreexpuestos a pantallas como el celular, el computador y el televisor por jornadas de 30 a 60 minutos diarias; mientras que los que están en edad escolar, permanecen al menos entre 2 y 4 horas diarias”.
Por esta razón, es importante realizar exámenes de salud visual en los niños, sobre todo, por el tiempo que llevan recibiendo clases desde la virtualidad, generando en los pequeños síntomas como cansancio visual, sensación de sequedad en los ojos o picazón irritante, que los lleva a rascarse con mayor frecuencia.
Según la Organización Mundial de la Salud, “se estima que la cifra de personas miopes para el 2025 podría ascender a 324 millones”, sin contar que la miopía, es uno de los defectos visuales más comunes en la población y los menores, no son la excepción, la cual produce una visión borrosa o poco clara de los objetos lejanos, afectando su desarrollo y rendimiento académico.
La directora Pinzón señala que “este trastorno ocular puede aumentar y/o empeorar con la disminución del tiempo al aire libre a la que se han visto obligados los pequeños durante la pandemia, limitando así, el acceso a la luz natural y a la actividad física en espacios abiertos donde el ojo pude mirar más lejos que cuando está en espacios cerrados”.
Junto a la miopía existen otros problemas visuales como la hipermetropía, considerado un error en el enfoque visual que se manifiesta con una visión borrosa y poco nítida de cerca, y el astigmatismo, que consiste en una visión deformada de los objetos, tanto cerca como de lejos, defectos que se pueden corregir si se detectan de manera temprana.
Por su parte, Carlos Eduardo Saraza, subdirector del Centro de Investigación y Desarrollo Científico de Areandina sede Pereira, manifiesta que “la ambliopía, conocida también como ojo perezoso, es otra enfermedad silenciosa y común entre los más chicos y si no se detecta a tiempo, afecta a los niños causando ceguera en uno de los dos ojos y problemas a largo plazo”.
Independientemente del error ocular, el subdirector Saraza sugiere tomar medidas que permitan mantener la salud visual en los menores y prevenir enfermedades que repercutan a lo largo de la vida de la población infantil:
1. Valoración y seguimiento: los ojos y la visión se pueden valorar desde el nacimiento, por ello se recomienda que el primer examen con el optómetra sea dentro del primer año de vida, así se detecta oportunamente cualquier alteración que pueda afectar el normal desarrollo visual del niño, manejarlo y monitorearlo.
2. Dispositivos electrónicos: los niños menores de 2 años no deben exponerse a las diferentes pantallas, porque éstas, predisponen al desarrollo de miopía (buena visión de cerca, pero mala visión de lejos). Después de esta edad, el tiempo de uso no debe exceder 2 horas diarias, y evitar su uso en la noche.
3. Especializada: Naturalmente los niños hasta los 6 meses pueden presentar un pequeño desbalance muscular que aparente desviación, en este caso no es necesario una revisión, pero si prevalece después de esta edad, es mejor consultar al optómetra.
4. Espacios abiertos: se recomienda promover en los niños las actividades al aire libre, usar gafas de sol siempre que se requiera y evitar que froten sus ojos, especialmente con las manos sucias ya que pueden producir infecciones.
Fuente: Comunicaciones Fundación Universitaria del Área Andina Pereira