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La pobreza en el mundo y en Risaralda

Por: James Fonseca Morales  

La situación en el mundo  

Según las proyecciones, anteriores a la pandemia actual, se preveía que en 2020 la pobreza en el mundo habría descendido al 7,9 %.   

Ahora, el Banco Mundial ha estimado que, en 2020, entre 88 y 115 millones de individuos cayeron bajo la línea de pobreza extrema, lo que significa que están sobreviviendo con menos de U$1,90 cada día, unos $6.800 pesos colombianos. También considera que en este año 2021, 115 millones de humanos, estarán en ese extremo, lo que ubica en esa situación a una cantidad de entre el 9,1% y el 9,4% de la población mundial.  

Estas cifras aparecen en el documento “Poverty and Shared Prosperity Report (Informe sobre pobreza y prosperidad compartida), una publicación bianual del Banco.  

El informe también predice que una alta proporción de los nuevos pobres serán habitantes de países que ya tienen altas tasas de pobreza y también que “En unos cuantos países de ingreso mediano, un importante número de personas caerá por debajo del umbral de la pobreza extrema.”  Y advierte que el 82 % de esos nuevos pobres, estará en esos países de ingreso medio, donde los parámetros de pobreza, según el Banco, están por debajo de USD 3,20 diario, unos $11.500 pesos colombianos, situación que, hasta ahora cobijaba al 25% de la población mundial. Entre esos países se clasifica a Colombia.  

Detrás de esas cifras estadísticas es casi invisible un conjunto heterogéneo de situaciones sociales que hacen más drástica la pobreza para unos grupos humanos específicos, uno de ellos es el de las mujeres y otro el de los pobres ocultos.  

En impacto de género en el mundo  

En otro informe publicado por agencia ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se concluye que: “La crisis del COVID-19 aumentará drásticamente la tasa de pobreza de las mujeres y ampliará la brecha entre hombres y mujeres que viven en la pobreza extrema” y adelante señala que, “si bien la pandemia afectará a la pobreza global en general, las mujeres sufrirán el impacto de manera desproporcionada, especialmente aquellas en edad reproductiva: para 2021, por cada 100 hombres de 25 a 34 años que vivan en pobreza extrema (con 1,90 dólares al día o menos) habrá 118 mujeres, una brecha que podría aumentar a 121 mujeres por cada 100 hombres para 2030.”  

La situación en Latinoamérica    

En un trabajo publicado por la Agencia de Noticias Inter Press Service, los economistas Ángeles Sánchez Díez y José Manuel García de la Cruz señalan “La pandemia de covid-19 se ha saldado con una caída del 8,1% del PIB en América Latina, superando el impacto de la crisis en la Unión Europea y de otras economías emergentes. No obstante, las economías latinoamericanas ya mostraban importantes debilidades antes del inicio de la emergencia sanitaria. Es decir, la pandemia ha recrudecido los problemas productivos y sociales de América Latina, como la perversa especialización comercial de la región, la debilidad del tejido productivo y del mercado de trabajo, y los problemas sociales.”   

Y explican: “La pandemia habrá ocasionado el cierre de 2,7 millones de empresas latinoamericanas, es decir el 19% del total de las empresas. Pero las medidas de distanciamiento social y las limitaciones a la movilidad han afectado de forma desigual a las actividades económicas.”  

En su análisis de la situación advierten profundas diferencias en el impacto económico de la pandemia en los países latinoamericanos y señalan que Perú, Argentina, Ecuador, Panamá, El Salvador, México y Colombia han sido los países más afectados, además de Venezuela, que es el país donde la producción ha tenido la mayor caída, no toda atribuible al impacto del virus.  

Lo cierto, con relación a Venezuela, es que, con una inflación interanual, entre enero de 2020 y enero de 2021, superior al 3.400%, la situación de este país no es comparable con ninguno del hemisferio.  

La situación en Colombia       

Sobre la situación colombiana, Jairo Núñez, investigador de FEDESARROLLO y experto en temas de  

pobreza, citado por el diario La República, advirtió que “la crisis hará que seis millones de personas más ingresen a esta condición.” (de pobreza). Y explica que: “Hemos hecho unas primeras estimaciones y lo que nos dan los modelos que hicimos en FEDESARROLLO es que la pobreza va a alcanzar un nivel de entre 47% y 49%.”  Y en pobreza extrema estaría el 14% de la población colombiana.”    

Estas cifras se refieren a la pobreza monetaria, que mide el porcentaje de la población con ingresos por debajo del mínimo de ingresos mensuales, definidos como necesarios para cubrir sus necesidades básicas.  

La predicción es catastrófica, pues significa que casi la mitad de la población colombiana estaría llegando, de manera acelerada, a la situación de pobreza, pero, además, impactaría con más fuerza en las mujeres.  

En impacto de género en Colombia  

“El impacto de la pandemia de COVID-19 no es neutral al género, ya que afecta a hombres y mujeres de manera diferente. Por lo tanto, las mujeres podrían enfrentar un costo económico desproporcionadamente mayor que los hombres”, dice el preámbulo de un informe sobre los impactos del COVID-19 y el aislamiento obligatorio en el mercado laboral colombiano, desde la perspectiva de género, presentado por el Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE y el Departamento de Economía de la Universidad Javeriana.  

El documento señala que Colombia está entre los países latinoamericanos con mayores índices de desempleo de las mujeres y mayores brechas de género en las tasas de desempleo y precisa que: “En el 2019 la tasa de desempleo de las mujeres fue del 13.6% y la de los hombres del 8.2%, esto significa que las mujeres enfrentan una tasa de desempleo 66% superior a la de los hombres”  

Una parte del informe examina la última ocupación de quienes están desempleados por razón de la crisis económica generada por la pandemia y explica: “824,582 mujeres en su último trabajo estaban empleadas como obreras o empleadas de empresa particular frente a 668,217 hombres.   

Por otro lado, 244,194 mujeres y 272,202 hombres eran trabajadores por cuenta propia. Por último, 169,344 mujeres eran empleadas domésticas frente a 3,213 hombres.  Ahora bien, cuando analizamos la información sobre el último sector en el cual la persona estuvo trabajando observamos que hay una alta concentración de mujeres en comercio, hoteles y restaurantes, sector que agrupa el 26% del total de los desempleados: 453,092 mujeres trabajaban en estas actividades, frente a 221,443 hombres. El siguiente sector que cuenta con más desempleados es el de Servicios comunales, sociales y personales, en el cual trabajaban 450,682 mujeres y 127,986 hombres”  

Termina ese apartado advirtiendo que: “Cerca del 58% de los desempleados podrían haber trabajado por última vez en sectores que en este momento se encuentran paralizados.”, lo que significa que muchos de ellos, por causa de la crisis, habrían finalizado, anticipadamente, su vida productiva.  

La pobreza oculta  

Otro grupo humano específico que está sufriendo el impacto de la crisis en Colombia y que también es casi invisible en las cifras estadísticas, es el afectado por la pobreza oculta.  

Según Bogotá Cómo Vamos: “en la ciudad se presenta un fenómeno conocido como la pobreza oculta que afecta a cientos de familias de clase media. En estos hogares los ingresos son insuficientes para cubrir obligaciones como alimentación o manutención de la vivienda. En el caso del acceso a la salud, este tipo de población no tiene ingresos para afiliarse al régimen contributivo, pero su ingreso al sistema subsidiado puede llegar a ser complejo y demorado, dejándolos desprotegidos.”  

El Tiempo.com, bajo el título: “Así es la pobreza oculta: un fenómeno en los estratos 3, 4 y 5”, publicó: “En el Foro Social: pobreza oculta en el corazón de Bogotá que se realizó este jueves, César Sánchez, doctor en economía social por la Universidad de Valencia, España, y actual profesor asociado de la universidad de la Salle (con materias relacionadas a pobreza, equidad, desarrollo socioeconómico, emprendimiento e innovación sociales), presentó algunas características de esta problemática.  

Bajos ingresos, poca participación social, desempleo y, en unos casos, la vergüenza de aceptar que se está en condición de vulnerabilidad y necesita ayuda, pese a que posee una vivienda en un estrato alto, son algunos de los aspectos que representan a una persona con pobreza oculta.”  

Este fenómeno, como todos los efectos generados por la pandemia, no es exclusivo de una ciudad, o de una región, se reproduce en todos los rincones de Colombia, con características propias en cada zona y, dados los estratos socio económicos que impacta, resulta afectando a un alto porcentaje de los microempresarios del país, que después de ver destruidas sus microempresas, carecen de musculo económico para reiniciar su actividad económica y, no sabemos en qué porcentaje, caen en situación de pobreza.  

La situación en Risaralda  

Según cifras del DANE, en 2019, había 17,4 millones colombianos sumidos en la pobreza monetaria, lo que quiere decir que el 35,7% de la población, vivía con menos de $11.000 diarios y en pobreza extrema, sobreviviendo con menos de 4.500 pesos al día, estaban 4,7 millones de personas.   

El mismo DANE estimó que en Risaralda y en 2019, el 11% de la población se incluía en el rango de pobreza multidimensional, que es aquella que mide las privaciones de los hogares en cinco dimensiones básicas de bienestar e identifica múltiples carencias a nivel de los hogares y las personas en los ámbitos de la salud, la educación y el nivel de vida. Esta es diferente de la pobreza monetaria, medida por la carencia de ingresos.  

Aunque el director del DANE, Juan Daniel Oviedo, señaló que Risaralda tenía una buena condición frente al promedio nacional de pobreza multidimensional, que se situaba en el 17.5 %, de acuerdo a las cifras del Censo de Población y Vivienda; en 2018, Risaralda tenía diez de sus 14 municipios con niveles de pobreza multidimensional superiores al 30% y otros dos, Mistrató y Pueblo Rico, que superaban el 65% en sus respectivas áreas y hasta el 80% en sus zonas rurales, mientras Marsella, La Celia, Belén de Umbría y Santuario llegaron, en sus zonas rurales, a una pobreza multidimensional entre el 50% y el 60%”.  

 Entre la fecha del censo citado y febrero de 2020, la pobreza multidimensional, en Pueblo Rico, alcanzó al 70,5% de su población.  

Pero además de la pobreza multidimensional, la pobreza monetaria que, según lo expuesto atrás, arropará al 49% de los colombianos, como efecto de la pandemia, deberá alcanzar similar proporción en Risaralda y su componente de pobreza oculta, deberá golpear con mayor fortaleza en el área metropolitana de Pereira, que concentra la mayor proporción de microempresas del Departamento.  

A partir de una línea base, que fijaba su índice de pobreza multidimensional, IPM, en el 12,5%, en 2018, Risaralda fue el único departamento colombiano que definió en su actual Plan de Desarrollo, una estrategia concreta para mejorar sus indicadores de pobreza multidimensional y logró llevarlos al 11,7% en 2019.  

Ahora los fenómenos económicos asociados a la pandemia y a las medidas para detenerla, a las acciones de grupos armados y al cambio climático, aumentaran también los índices de pobreza multidimensional y de pobreza monetaria, lo que genera la necesidad de ajustar y complementar las estrategias adoptadas, ya no para mejorar esos índices, sino para contener su deterioro.  

Tales medidas, además del desarrollo necesario para mejorar los entornos de los cinco indicadores de pobreza multidimensional, especialmente con educación para el trabajo; deben ocuparse de la pobreza monetaria, haciendo énfasis en mecanismos de apoyo para las mujeres, que tiene la capacidad de irrigar, económicamente, sus hogares y apoyando a toda la población con subsidios efectivos, además de subsidios para las empresas, especialmente agroindustrias  que hagan esfuerzos para generar empleo para la población campesina.  

El panorama que se dibuja a partir del 47% de la población en pobreza monetaria, contiene fenómenos de malestar social, descomposición familiar y aumento, difícilmente contenible, de hechos violentos, que si se vuelven irrefrenables llevarían a la ruina común a los risaraldenses.  

Fotografía: CM& Noticias


Fecha: 26 de Marzo de 2021
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