Temas críticos como la depresión y el suicidio juvenil, la escasa respuesta estatal frente a la prevención del delito en jóvenes en conflicto con la ley, los enfoques diferenciales en juventud y grupos étnicos además de los abordajes y retos que desde la familia emergen en la actualidad entre los jóvenes fueron abordados en la Séptima Conferencia Cátedra Abierta en Derechos de la Infancia y la Adolescencia de la Facultad de Derecho de la Universidad Libre-Seccional Pereira. Este año, la temática de la cátedra fue “Juventud y realidades emergentes, propuestas de intervención desde la familia, la escuela y la sociedad”, en donde se plantearon distintas temáticas sobre los problemas más evidentes y críticos de la infancia y la juventud en la región como la ansiedad, depresión y auto-lesiones, indicó la Claudia María López Ortiz, trabajadora social con magister en educación y candidata a doctora en investigación en humanidades, arte y educación, quien está al frente de este ejercicio junto con el docente e investigador Jairo Alberto Martínez Idárraga, abogado con maestría en derecho penal y candidato a doctor en derecho.  

¿Qué conclusiones arrojó esta séptima conferencia?  

Hablar de juventudes y de realidades emergentes sin duda nos desafía a conectar los temas de jóvenes y de infancia con la realidad global, la cual está atravesada por diferentes situaciones que marcan y -de alguna manera- protagonizan los jóvenes en casos específicos de empleo, identidad, educación, participación en el mundo económico y en temáticas de familia. Es decir, en todo aquello que en lo global está haciendo una tensión, dado que esa tensión encuentra en los jóvenes y en los niños unos elementos mucho más vulnerables por sus edades, sus condiciones y por sus patrones de autonomía.  

 ¿Cuál fue la intencionalidad al crear esta cátedra?  

La cátedra abierta nació en la Facultad de Derecho hace siete años y ha venido haciendo un esfuerzo progresivo específicamente en la visibilización de derechos de niñez y de infancia, transversalizados por la Ley de Infancia y Adolescencia. Entonces cada año la cátedra ha puesto a conversar a la ciudad y a la región, y en esta última conferencia elevó también una voz nacional, sobre esos temas que son de todo el territorio colombiano y que involucran las realidades de los jóvenes. Esa vez la cátedra pretendió situar -específicamente- unas temáticas como la trata de personas, tema sobre el cual se realizó aquí en días previos a la cátedra una audiencia pública de rendición de cuentas de la Procuraduría General. Allí se planteó esa situación alarmante que dan las cifras que indican que el 56 % de los casos de violación de derechos de infancia y adolescencia ocurren en el Eje Cafetero.  

¿Qué otros aspectos hicieron parte de esta agenda?  

Además del tema de trata de personas se abordaron las nuevas concepciones y paradigmas en materia de familia, los cuales ubican a la familia más en un mundo de corresponsabilidades y de democratización y que sacan como de la discusión el asunto de las familias disfuncionales. Estas nuevas teorías dicen que las familias no son disfuncionales sino que lo que quizás es disfuncional es la forma como la sociedad apoya esas familias o las vincula a sus procesos para que puedan lograr el desarrollo de sus capacidades.  

¿Se trató el tema de la adaptación de los jóvenes a esas nuevas realidades?  

Trabajamos lo relacionado con las temáticas y los problemas que también está viviendo la juventud desde aspectos étnicos, qué pasa con los jóvenes que emigran a las ciudades y que vienen procedentes de otras culturas y de otros colectivos, en especial los jóvenes indígenas que también han tenido dificultades en su adaptación a la ciudad. Y se hizo una particular semblanza sobre este concepto antropológico de niñez y de juventud, dejando muy claro que no tenemos una niñez o una juventud sino múltiples formas de entender la niñez y la juventud. Y que no todas las personas tienen la oportunidad de tener una niñez o no todas las personas pueden vivir la juventud. Eso depende de sus patrones culturales y socioeconómicos.  

¿Qué hacer ante este cúmulo de realidades emergentes?  

Existe un grupo de profesionales inquietos que estamos trabajando a través de una estrategia y de una teoría, que para el país no era muy común: la pedagogía social. A partir de eso se ha creado la Asociación Colombiana de Pedagogía y de Educación Social, Asocopeses, la cual pretende vincular instituciones y personas interesadas en trabajar desde las perspectivas de la educación social, los colectivos y este tipo de realidades que se deben investigar más a fondo para generar procesos interventivos más conscientes y más integrados, vinculando los elementos teóricos de la pedagogía social con la realidad del contexto colombiano. El docente Jairo Alberto Martínez Idárraga ha venido trabajando las temáticas de infancia y de juventud y a partir de esto se ha configurado la línea de investigación Derecho y Problemáticas Sociales en la Facultad de Derecho. Ella pretende hacer visible, cada vez más, estas realidades e irlas articulando a la realidad y al quehacer institucional en la ciudad a fin de que sea un tema de interés común.  

¿Esas miradas sobre niñez y juventud son pesimistas?  

No. Se trata de que también sean esperanzadoras. A la juventud hay que darle un tema de esperanza, justamente la ponencia que me correspondió plantear -llamada “Problemáticas emergentes de juventud: metodología y aproximaciones”- tiene que ver con una perspectiva mucho más amplia en diálogo con lo que plantea Naciones Unidas de juventudes empoderadas y de futuros posibles. Yo creo que también el territorio tiene que avanzar en dismitificar el concepto de que el joven es desesperanza por naturaleza. No, el joven también está lleno de posibilidades e inquietudes, lo que pasa es que está atravesando un mundo diferente, en el que tiene que crear competencias y otras habilidades para poder situarse en él y desarrollar su proyecto de vida. Si algo tenemos que hacer todo es ponerle esperanza a esta mirada del mundo.  

¿Y eso se está haciendo desde la academia o desde el Estado?  

Nosotros en lo que tiene que ver con la Universidad Libre -Seccional Pereira si, porque somos unos convencidos y hemos venido trabajando nuestra perspectiva desde la formación de formadores, trabajar con jóvenes para que a su vez lo hagan con otros jóvenes y que adquieran herramientas, metodologías y posibilidades. Ese ejercicio lo hemos hecho con ocho colegios de la Comuna Cuba y vamos a agregar dos más en Pereira, haciendo que nuestros jóvenes -previamente formados- puedan trabajar con otros y se formen alrededor de construir mundos y posibilidades en los cuales pueden ellos resolver parte de la adversidad y de las situaciones que hoy tienen y puedan convertirlas, de alguna manera, más que en problemáticas en realidades comprensibles y sujetas de realización.  

¿Cuál ha sido la respuesta de los jóvenes a estas propuestas?  

A los jóvenes si hay temas que los motivan, están ahí. Los jóvenes están muy identificados por estas realidades y una de las situaciones de la cátedra es que cuando convocados a hablar de salud mental, quizás todos sienten que tienen algo que ver con ello. También si los convocamos a hablar de empleo. Antes de esta séptima cátedra, tuvimos un seminario con una docente de la Universidad de Guadalajara (México) llamada Juventudes Latinoamericanas: miradas, emergencias y retos. Lo que quisimos allí fue situarnos con unos 40 estudiantes de programas de Derecho y Trabajo Social para que tuvieran ese seminario en perspectiva de su trabajo de grado. Ahora vamos a entregar 14 propuestas que hacen estos jóvenes alrededor de temas como: el suicidio, el empleo, la identidad, la desaparición forzada…  

¿Estas conclusiones han quedado planteadas en algunas memorias o publicaciones?  

Pretendemos entregar una publicación alrededor de los temas abordados en la Cátedra Abierta y tenemos algo así como 20 artículos que ya están comprometidos con especialistas del mundo, no solo de Colombia, que tiene una gran idoneidad y quieren sumarse a la publicación que vamos a producir.  

Fuente: https://www.eldiario.com.co