Paulina busca a su hija
Esta crónica muestra cómo se pueden contar esas historias de las víctimas del conflicto: con empatía, pero sin lástima; con reportería juiciosa, pero sin pose erudita; con personajes y paisajes, pero también con contexto histórico y sociopolítico. Así logra reconstruir la vida de una madre, que aún sigue buscando el cuerpo y reivindicando la memoria de su hija, asesinada por los paramilitares en Calamar, Guaviare, por el único delito de ser enfermera de los pobres.Un caso de reparación simbólica en uno de esos municipios donde los paras jugaron con las cabezas de sus víctimas, como hicieron con Cristina, a quien solo le dejaron el torso, y ni eso le quedó a Paulina.
La toma de Mosul
Infiltrada durante varios meses entre tropas del Ejército de Irak, la periodista cubre la ofensiva para retomar la ciudad de Mosul que estaba en manos del Estado Islámico desde 2014. Con coraje y calma, Catalina Gómez Ángel muestra combatescalle a calle, francotiradores, ataques con drones y soldados que desactivan explosivos ‘hechizos’. Imágenes de colegios, bibliotecas y mezquitas destruidas y campamentos de desplazados. El costo de la guerra es evidente. En una cobertura dramática e inteligente termina explicando los desafíos que tiene un gobierno dominado por los musulmanes chiitaspara ganar la confianza de Mosul, una ciudad mayoritariamente sunnita.
Ricardo Piglia. Cenizas de plata quemada
La mayoría de trabajos presentados en esta categoría se perdían en los meandros del género. Se recibieron crónicas, columnas de opinión y ensayos, difícilmente valorables como crítica. El trabajo ganador, aunque presenta una narración por momentos íntima y siempre acronicada, tiene la ventaja de estar escrito de una manera creativa. Se acerca a la crítica en el sentido de descifrar el modus operandi del escritor y tender un puente entre su obra y el público. No cabe duda de que después de leer este texto de Rigoberto Gil Montoya, quienes no conocían al autor argentino —fallecido en enero de 2017— querrán descubrirlo.