Los campesinos que fueron a parar a China
Hace una semana 41 jóvenes de zonas rurales viajaron a este país para capacitarse en tecnología agrícola. Su intención es aplicar y replicar lo que aprendan en sus fincas y veredas
Es innegable que el campo está envejeciendo. Quienes están llevando a cuestas la ruralidad colombiana se están haciendo más ancianos y el relevo generacional es cada vez menor. Los jóvenes que crecieron en el campo y que se esperaba que tomaran el lugar de sus padres están migrando a las ciudades en busca de oportunidades laborales y educativas. Sin embargo, el campo guarda la esperanza de que aquellos que se fueron a capacitar a las zonas urbanas regresen con la intención de transformar lo que una vez dejaron atrás.
Esa es la intención de los 41 jóvenes de distintas veredas del país que el pasado 4 de septiembre tomaron un avión con rumbo a China para recibir una capacitación de casi un mes en técnicas de cultivos, con el fin implementarlo en sus fincas y replicar los conocimientos aprendidos en sus comunidades. Una formación que muy pocos jóvenes rurales tienen la oportunidad de acceder.
En el más reciente Censo Nacional Agropecuario, realizado por el Dane, se expresa que en el país hay 2,7 millones de productores agrícolas, de los cuales, poco más de 725.000 son residentes en el área rural dispersa y, entre quienes viven efectivamente en el campo, solo 21% son menores de 35 años. Es decir, que el 79 % de la población rural que ayudará a transformar el campo colombiano, envejecerá en 15 años. Un panorama que el Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp) proyecta que a 2050 será más desalentador: la proporción de jóvenes rurales en Colombia con respecto al total de la población disminuirá a alrededor del 20 % (1 de cada cinco habitantes será joven).
Pero antes de que eso suceda, hay casos excepcionales que demuestran que aún quedan muchos jóvenes interesados en la transformación rural. “Como yo, 40 muchachos más fuimos seleccionados por ser inquietos, por demostrar paso a paso nuestro impulso de gestar oportunidades desde el liderazgo rural, pensando en nuestros territorios”, expresó Urabá Del Sol Ponzone Franco, uno de los jóvenes campesinos de la vereda El Arenal en el municipio de San Rafael, Antioquia, que en este momento está en China.
La idea de este intercambio de conocimiento es promovido por la Embajada de China en Colombia en alianza con el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Agencia Presidencial de Cooperación de Colombia, entidad que postuló a los 18 jóvenes que hacen parte de la Red de Jóvenes Rurales Emprendedores de Colombia que fomenta las capacidades científicas, tecnológicas y de innovación de los jóvenes en el campo. Para Silfredo Fuentes, otro de los jóvenes rurales que está en China, “la experiencia de representar la Colombia rural en un país tan importante es una alegría inmensa. Estamos aprendiendo sobre muchas cosas para luego aplicarlas en nuestras veredas”, dijo.
Durante su estadía en China, exactamente en las provincias del Distrito de Datong y la Provincia de Qinghai del Distrito de Ledu, conocerán de cerca sobre las tecnologías modernas agrícolas que este país utiliza en técnicas de cultivos de alto rendimiento, control de plagas, la relación entre condiciones metereológicas y producción agrícola, y los principios para una fertilización razonable. Según Urabá del Sol, porque los campesinos colombianos necesitan expandir las fronteras de sus conocimiento y adquirir las habilidades para que su labor sea más efectiva.
Estos campesinos que solo han podido comunicarse con sus familias y enviar fotografías por Whatsapp porque China tiene prohibido el uso de Facebook, Instagram y Twitter, aseguran que eso no es impedimento para sentirse emocionados de haber llegado a esta potencia mundial. “No nos parece real. Por suerte el lenguaje, la variedad étnica y riqueza cultural, la comida, los paisajes y el contexto social te aterrizan, te ayuda a comprender muchas de las dinámicas de nuestro país y a valorar su inmenso potencial”, comenta Urabá a Semana Educación.
Para la Agencia Presidencial de Cooperación de Colombia este caso es una prueba indeleble de que los jóvenes sí están dispuestos y decididos a tener un empalme generacional con sus padres y abuelos, y así ser parte de la cadena de producción desde una perspectiva donde la ciencia y la innovación son sus herramientas de trabajo. “Son ellos los agentes del cambio tecnológico del campo en Colombia”, asegura la Agencia.
Fuente/Semana.
